Actuar desde el amor
Lo único importante que venimos a aprender en la vida, es a actuar desde el amor. Todas las situaciones que se nos presentan nos brindan esa oportunidad. Tomarlo o no, es nuestro libre albedrío.
La única función del libre albedrío es permitirnos elegir entre compartir miedo o amor en nuestras relaciones personales. Las situaciones que se presentan en la vida no las proporcionamos nosotros, están dentro del plan divino de Dios y forman parte de nuestro destino. Lo que sí elegimos nosotros es asumirlas o no. Cuando decidimos asumir los hechos que ocurren en nuestra vida y nos disponemos a aprender de ellos sin quejarnos, sin renegar, valorando todas las herramientas con las que cuento en ese momento, aprovechando todo lo que existe que no es mío pero que puedo hacer uso de ello, y amando lo que hago, significa que estamos afrontando nuestro destino.
En este sentido, actuar desde el amor no es más que mirar con neutralidad las situaciones que nos asechan y disponernos a trabajar en ellas desde la paz y la felicidad.